martes, 14 de abril de 2009

Dominguito completito


Bueno, todo empezó con una llamadita un domingo de resaca:

Quino: Illo que!
Tate: Illo que!
Quino: Un cafelito?
Tate: Joder cuanta actividad!

Y así empezó el domingo, Quino y Tate en la Topik comentando los pormenores de la noche anterior y actualizando los discos duros.

Pronto llamo Patxi a ver que se cocía por ahí, al ver que estábamos tomando café a las 4 de la tarde, algo sospechoso se olió, así que acudió a la cita como si la vida en ello le fuera.

Lo que en principio era un cafelito tranquilito empezó a coger forma cuando aparecieron Fran (que veía como su posición de defensa central iva evolucionando poco a poco hasta convertirse en un medio centro nato después de la noche anterior), Ana, Silvia, Sofi y Ángela.
Decidimos ir al 43, un pub alemán que hay en Portugal, así, que nos pusimos en dirección a ver ese sitio del que tanto habla la gente, el Espíritu Joey tenía, debía de estar ahí.... Después de unos pequeños pormenores por el camino, y de algún sabelotodo, terminamos en las puertas del 43.

Pero no llegamos a entrar, nos llamaron los Melli que estaban en un Bar Holandés casi en la arena de la playa, y allí fuimos, no sin antes quejarnos y tachar a Ángela de manipuladora.
Al entrar en esa especie de antro infernal con cierto sabor guiresco, algo nos hizo pensar que había ahí mucho cabrón suelto, y que la velada se animaría mas de lo supuesto inicialmente....
Efectivamente, no entraremos en detalles, pero bajo el techo de uralita Patxi quemo unas rosas que a simple vista parecían de verdad, lo que él no sabía es que esa tela no era ignífuga. Fran nos deleito con unos relatos acojonantes típicos de los mas brillantes cuentacuentos del siglo XVIII, y Silvia desmitifico el gran mito de que los andaluces nos reíamos de cualquier cosa, no sin antes contar un par de guarradas que nos dejo boquiabiertos. La holandesa que nos sirvió las copas y los chupitos tampoco tenía desperdicio, como la parejita centenaria que se reía jocosamente de cualquier comentario nuestro.
Aún así, cuando creíamos que no podíamos haber escapado mejor, fue cuando los Melli sacaron la guitarra del coche y empezamos a dar un espectáculo en las calles portuguesas dignos de los mas folklorianos de la época. Aunque con cierto frío y humedad por las calles, además ya entraba la noche, así que nos fuimos a un Pub donde ponían unas hamburguesas y unos perritos que lo flipas.

Fue allí donde empezó el recital de cantes, que si sevillanas, que si rumbitas, que si una de Madrid intenta cantar un fandango que lo hacía peor que el mismísimo Quino, que si patatím que si patatán, pues este grupillo se merecía tener un chozo en la romería de Ayamonte para alegrar las fiestas, por lo que se inició a partir de ahí una serie de trámites para que se hiciera realidad, fue el principio de un gran proyecto al cual solo le restaban unas pocas semanas, pero aún quedaba tiempo para practicar y afinar esas coplillas que tanto les deleitaban.


5 comentarios:

Joao dijo...

Filhos de puta, deixastes me o bar vacio com vossos cantes, cabrones de mierda, que vuestra mai fode con mi açau

Candyman dijo...

Vamos, vamos, vamos!

Quino dijo...

Seeee candyyyy! Illo la romeria que te has perdio primachiiii!

Joey dijo...

Eiii chicos como va eso!

Brugals dijo...

Ahi andamos Joey, cumpliendo tus mandamientos!