Jornada de Snorkel en el Team

El Espíritu Joey no para en sus andaduras, una vez más nos sorprenden con una jornada de actividad deportiva, esta vez el Snorkel, un deporte acuático solo aptos para valientes, y a estos chicos, si les sobra algo a parte de la gilipollez, es el honor y la valentía.

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Con un estilo al mas puro Jacques Cousteau, estos héroes del siglo XXI se adentraron en el fondo del Océano Atlántico cuál intrépidos cirrípedos. Con una preparación tanto física como mental, y unas agallas sin igual, se lanzaron a las profundidades del océano sin importarles todos los peligros que ello conlleva, eso no les importa, porque les sobran cojones tanto para eso como para axfisiar a un tiburón blanco por el cuello.

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Quino y Tate, los protagonistas se preparaban para su andadura, mientras Patxi preparaba la cámara y aprovechaba para pescar algo junto a Do Alberto, que estaba atento y vigilante con toda la expectación que causaba tal hazaña a su alrededor.

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La muchedumbre expectante arrebataba el espigón de la Punta del Moral, no llegando a ser conscientes de todo lo que sucedería en ese momento, puesto que un espectáculo gratuito y de esta magnitud no se ve cualquier día.

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Como auténticos profesionales, estos fajadores de las profundidades se preparaban en un alarde de valentía, arriesgando sus vidas, solamente por el placer de subir adrenalina ante el peligro que esta práctica de riesgo conlleva.

Mientras se concentraban, en sus cabezas sonaba Otherside, de los Red Hot Chili Peppers, mítico tema de este grupo que sirve de motivación en cualquier inmersión que se precie.

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Pero todo estaba preparado, llegó el momento, ellos no escatimarían en energías, lo darían todo, como están acostumbrados a hacer en todas sus actividades de alto riesgo, no se lo pensaron, se lanzaron al mar, y allí se sumergieron, en una inmersión que sobrepaso los 15 minutos, con una capacidad pulmonar jamás pensada, al menos en este planeta, porque estos muchachos tienen madera, y la están puliendo, sacando provecho de sus actitudes y sus habilidades, no se extrañen, queridos lectores, que se propongan un día retar al mismísimo Usain Bolt en una carrera, porque cuando a estos majaderos se les mete algo entre ceja y ceja, lo consiguen.

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El transcurso de la inmersión es toda una incógnita, se llevaron tanto tiempo bajo el agua, que pecaríamos de animadversión si nos aventuramos a dar un pronostico de la jornada, puesto que ellos al salir del mar no quisieron hacer ningún comentario al respecto, solo se limitaron a decir que habían pasado unos momentos muy duros, por lo que no es de extrañar, conociendo la modestia y sensatez de estos chavales, que algo muy peligroso les tuvo que pasar en las profundidades, porque si en algo se caracterizan, es porque desconocen los términos de vanidad, soberbia, egolatría y pedantería.

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Se pasaron momentos realmente tensos, en los que Patxi y Do Alberto no sabían si avisar a las autoridades portuarias ante el peligro que acechaba, pero esos momentos se se vieron mermados cuando a los 15 minutos Tate asomo la cabeza a la superficie, no para respirar, sino para tranquilizar a todos los allí presentes de que todo marchaba con normalidad, alzando el dedo índice y pulgar uniéndolos a modo de OK, y volvió a sumergirse.

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A continuación mostramos un pequeño fragmento de un vídeo que se consiguió grabar para inmortalizar esos momentos de gloria que estos hombretones se han ganado a pulso. Al principio es un poco molesto, puesto que Patxi muestra la poca capacidad que tiene en el arte de la audiovisión, pero el contenido lo merece, puesto que derrochan en toda su capacidad el valor, la entereza y la osadía en estado puro que llevan curtido estos audaces fajadores de las profundiades.

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Y para terminar, no es de extrañar que estos héroes monten una escuela de submarinismo en la costa onubense, puesto que son muchos los correos y sms recibidos para que vuelvan a poner en practica este deporte y enseñen sus sus habilidades con algún método didactico que ponga en práctica la experiencia y el buen saber hacer de estos superhombres.

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